
Esta etapa la afrontamos ya en compañía de Sergio y
Rui (portugueses) y Sergio (brasileño), buen equipo hemos formado. Como el día anterior por unas cosas y otras hemos salido tarde, a penas quedaba nadie en el albergue. Fotos nada más salir por el puente, donde pudimos hacer la típica foto del puente con el reflejo en el agua como se ve en las fotos del mensaje anterior. La primera parada interesante la hacemos en
Cirauqui, sello en la credencial, vista del pueblo y salida de él por una antigua calzada romana como se ve en la foto.

De aquí a
Estella pasando por
Lorca y
Villatuerta, nos plantamos a medio día (muy tarde para ser
bicigrinos, pero cabe destacar pérdida de tiempo por mi rotura de alforjas). Comemos en
Estella y al arrancar vemos una tienda de
bicis abierta, donde
Rui decide comprar unas alforjas nuevas, yo unos pulpos para amarrar bien las alforjas, y varias
barritas energéticas para el viaje. En total casi 3 horas perdidas en esta hermosa localidad. De
Estella a Los Arcos el camino transcurre por campos de cultivo justo después de pasar por los últimos viñedos (propiedad de Bodegas
Irache)

dónde quisimos probar el vino pero a esas horas de la tarde ya no había. Al llegar a Los Arcos, cansados y acalorados por el
abrasante sol que llevamos encima todo el día, decidimos seguir hasta
Viana por carretera. De repente el sol dejó paso a unas nubes grises que no avecinaban nada bueno. Como el pasea por una montaña rusa con la
bici íbamos haciendo
kilómetros ya con todo el cielo tapado y con un fuerte viento en contra que tocaba bastante la moral, el camino de repente se convirtió en un sube y baja constante que acabaron por destrozarnos a todos, pero más especialmente a mí. Las rodillas ya estaban hinchadas, cada golpe de pedal era un pinchazo, el viento nos frenaba, y comenzaba a chispear. Yo estaba muerto, que cansancio, y no
veía Viana por ningún lado. He de reconocer que el peor (por sufrimiento y dolor) día de todo el camino fue sin duda, éste. Sobre las 18h de la tarde nos personábamos en el albergue Andrés
Muñoz, donde paramos esta noche. Ducha, lavadora,
secadora y compras para la cena que nos va a hacer Sergio (P). El resto mientras cocina (por orden suya) nos vamos a tomar unas
birras al bar El Portillo, muy agradable, y con ronda gratis. La cena no fue nada especial, pero que bien nos sentó y que ricos estaban,
espaghettis a la
bolognesa (a la portuguesa) que ricos de verdad. Sergio es un cocinitas a parte de ingeniero de Medio Ambiente y el
tío sabe mucho y de todo. Segundo día listo y a por el siguiente. La primera foto en Puente de la Reina, la segunda la calzada romana de
Cirauqui, tercera Bodegas
Irache y última tomando las
birras en
Viana, Rui, Quillo y yo.

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