
Aun no habíamos salido de Viana que ya he pinchado, primera parada no deseada en la etapa, que serán unas cuantas. Reparación y en marcha. En muy poco tiempo divisamos la casa de “Felisa” la de los higos, donde hacemos parada, compra y fotos con la hija de Felisa, que es la que se encarga hoy en día de poner el sello en la credencial. Preguntamos por una tienda de bicis en Logroño y hacia allí vamos. Vini-Vidi-Bici, algo cara pero nos hizo el apaño que necesitábamos, geles, pulpos, algún botellín y de turismo por Logroño, sin querer perdimos mucho tiempo, primero buscando una farmacia, luego los bancos para sacar algo de dinero y finalmente correos, que Sergio tenía que mandar un paquete. Y a todo esto Rui con vómitos y con cara pálida, se nos pone enfermo. Se toma una pastilla y seguimos para adelante a un ritmo flojo pues Rui el pobre va tocado del estómago. Saliendo de Logroño, por el parque del lago,

nos encontramos recogiendo su parada al personaje este con barba blanca y larga que es famoso en todo el camino y que ahora no recuerdo su nombre (lo pondré) charlamos un breve rato con él y seguimos camino, entre viñedos y algún campo de cultivo hasta Nájera donde comemos mientras Rui es visitado por un doctor en urgencias. El día se ha complicado bastante, son las 17h y aún estamos en Nájera, y nos faltan todavía 30 km. Salimos a piñón a fijo para poder llegar a nuestro objetivo hoy (Grañón). Por aquí todo el camino transcurre entre campos amarillos de trigo hasta llegar a la pequeña localidad de Cirueña, QUE SE HAN CARGADO EL CAMINO, y han plantado en medio una urbanización de chalets, un aplauso para el ayuntamiento de esta localidad. Reponemos líquidos y seguimos hasta Santo Domingo de la Calzada, que por culpa de la hora y los imprevistos no pudimos parar a ver esta bonita localidad, una lástima. Todo seguido nos encaminamos hacia Grañón, este tramo por carretera puesto que eran casi las 20h y en los albergues a esa hora se está cenando ya…y nada más llegar a Grañón nos dirigimos al albergue de la iglesia, donde nos recibieron de la mejor manera posible. Todos sentados para cenar, nos esperaron a que nos ducháramos los 5, uno por uno, para así cenar todos juntos, un detallazo. Después de la ducha presentación y a llenar el buche en compañía de muchos peregrinos de todos los rincones del mundo. Después de cenar entablamos conversación con Ángel, un cachondo del camino, que más tarde se uniría a nosotros en el bar junto a Jacques, el hospitalero, que gran hombre, sin duda volveré a visitarle, y al resto del albergue. Esa noche fue larga, con muchas copas, que si cervezas, que si pacharán luego vino, acabamos todos a las afueras del pueblo tirados en un campo de trigo y nos dieron las 5 de la mañana a ver quien es el listo que mañana pedalea. Fotos, primera con Felisa antes de entrar en Logroño, la segunda al salir de Logroño y la tercera en Grañón, ya de madrugada.

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