Qué decir de esta etapa, mil sensaciones corren por tu cuerpo antes de empezar, pues algo que has soñado con muchísima ilusión toca a su fin, algo que estas a punto de realizar y con la mejor compañía posible, ya entra nostalgia solo de pensar que nos vamos a separar, son 11 días juntos compartiendo todo y es difícil pensar que llega a su fin, aunque no perderemos el contacto, pero ya no es lo mismo, a Serginho comentándolo conmigo se le escapan las lagrimas. Nada más salir de Arzúa, paisaje impresionante, rodeados de enormes eucaliptus, que con su agradable aroma te hacían más apetecible el pedaleo. Entre eucaliptus pasamos varias “corredoiras” una especie de túneles pero formados por la propia vegetación, impresionante pasar pedaleando por ahí. A la hora y poco estábamos parando en Pedrouzo para tomar el primer café. El camino sigue entre caminos, senderos, corredoiras y con constantes subidas y bajadas hasta llegar al aeropuerto de Santiago, ya se ve!!! Después de enlazar unos toboganes de pista forestal y pasar por las diferentes cadenas de televisión que tienen sus estudios ahí, nos plantamos en Monte do Gozo, que el gozo será más porque ya ves todo Santiago a vista de pájaro más que por el derroche de energía que necesitas para los toboganes que habíamos dejado atrás. De aquí hasta la plaza solo nos queda bajada, solo nos quedan minutos. Y en nada estábamos por las calles de Santiago, parecía increíble, muchas sensaciones, muchos pensamientos pues estas a punto de lograr un sueño (en mi caso) y pocos sueños se hacen realidad en esta vida. A las 14’30 horas del 29 de julio de 2009 los 6 mosqueteros entraban en la plaza de Obradoiro, a más de uno se nos cayeron las lagrimas, el esfuerzo había valido la pena, el dolor de rodillas ya lo mirará el médico a su debido tiempo, lo que importa en este momento es haberlo conseguido, y con la compañía que lo había conseguido. Encontrar alojamiento fue muy fácil, pues mientras estábamos tirados en la plaza viendo la catedral y descansando un poco y haciéndonos unas fotos, llegó un señor que nos ofreció su pensión en la cual pasaríamos 3 días, puesto que cancelado quedaba seguir hasta Fisterre por mis rodillas. Y así hicimos 3 dias de turismo por Santiago, acabó sobrando tiempo y mucha lluvia.
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